viernes, 19 de agosto de 2011

LA MARCA DE JANO (Relato)

Un "cuentucho" que escribí hace tiempo. No es muy bueno, pero es mio...


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            LA MARCA DE JANo





 Recuerdo los tiempos que pasé en Londres, en la Universidad. Recuerdo a aquel profesor tan curioso que conocí, el profesor Alexenor Gohmier, de história. Estaba doctorado en estúdios clásicos, y le encantaban los temas de antropología y religión. Una vez, fuera de clase, charlé con el sobre mitologia grecorromana. Yo decia que los romanos eran unos “chorizos” religiosos, que no tenian sus própios dioses, solo los que les habian robado a Grécia. El se rió y me dio la razón, Pero puntualizó que, despues de todo, los romanos tenian algunos pocos dioses autoctonos, exclusivos de ellos. Uno de esos era Jano.

Jano era el dios de las puertas, y de los principios y finales de las cosas. Se le puso su nombre al mes de Enero (“Januarius”). Se le representaba con dos rostros unidos por la parte posterior del cráneo que miraban en direcciones opuestas, representando que veia a la vez el pasado y el futuro. Por eso recibia el epiteto de Bifronte.

-¿Y que hacia?- pregunté.

- Bueno, en principio no mucho. Era un dios menor, domestico, como Vesta. Se le invocaba al comenzar proyectos importantes. Su templo estaba abierto en tiempos de guerra, y cerrado en tiempos de paz.

- No debió estar cerrado muchas veces, con lo guerreros que eran los romanos…

-Según las crónicas, solo cuatro veces en siete siglos… pero, en algunas fuentes, se le menciona como el padre de todos los dioses, superior incluso a Jupiter. Ovidio dice que existia incluso antes de la creación del universo, en el cáos primordial. La leyenda le muestra como civilizador de los primeros habitantes del Lácio.

- Caramba.. ¿y como acabó siendo un diosecillo de las puertas?

- Bueno, a saber… lo cierto es que hay bastante misterio alrededor de Jano y sus funciones. Frazer, en su “Rama Dorada” ya lo mencionaba. Tengo algunos colegas catedráticos algo heterodoxos que a veces me comentan sus sospechas de que la verdad era algo mas túrbia de lo que relata la história oficial…

- ¿Mas túrbia? ¿Qué piensan, que era una especie de extraterrestre o algo?

-No, no…- rió- Es solo que… bueno, a menudo tenemos una imagen de la mitología clásica, y de esa época en general, algo idealizada… y nos olvidamos de que, junto al orden, la poesia, la civilización… tambien tenian sus supersticiónes, sus ritos bárbaros, en fin, sus puntos oscuros. Pero bueno, de momento debo ir a mi siguiente clase. Ha sido un placer charlar con usted, joven.

A principios del año siguiente, el profesor Gohmier hizo un viaje a Grécia, en una investigación. Se perdió el contacto con el, y nunca mas se volvió a saber de el.

Recordaba todo esto debido al extraño colgante que habia descubierto en torno al cuello y descansando sobre los generosos pechos de mi amada Sabina. Nunca me habia fijado en el con detalle, hasta nuestra primera noche de amor. En un momento de la madrugada, yo desperté y me giré hacia ella, que seguía durmiendo. La luz de la luna entraba por la ventana. Me quedé admirando su belleza. Era preciosa, mas de lo que puedo describir. Acaricié suavemente, con cuidado de no despertarla, su melena rizada, su rostro, su cuello… y  entonces me fijé en el colgante. Lo elevé un poco, para que le diera la luz y poder examinarlo mejor. Era una espécie de pequeña monedita plateada, con el perfil de una efigie esculpida. Representaba dos rostros, unidos en su parte posterior.

 


A la mañana siguiente, como curiosidad, le pregunté a Sabina por el colgante.

-Es un recuerdo de familia- dijo sonriendo - ¿A que no sabes que representa?

- Si. Es el dios Jano. Un dios romano, ¿verdad?

- ¡Ah, vaya, el universitario! – rió – Si. Me lo regaló mi hermano, antes de irme de Itália. Siempre me trae suerte.

No recuerdo que dije despues, pero creo que cambiamos de tema. Estaba tan radiante esa mañana, que no pude resistirme y me lanzé a comermela a besos. Cuanto la queria…








Fue la época mas feliz de mi vida. Estaba enamorado como nunca lo habia estado. Los meses siguientes, realizando los preparativos de la boda, fueron un sueño.

Nos casamos en Júlio. A la boda vinieron de Itália sus padres y otros parientes, pero curiosamente no su hermano, al que aun no conocia.

-Está enfermo- me dijo su padre – Tienen que operarle la rodilla.

Decidí no darle mas importáncia. ¡Era el dia mas maravilloso de mi vida!



Para la luna de miel nos ibamos a Roma. Supuse que allí habría ocasión de visitarle. No me equivoqué.

El primer dia, por la noche, en el hotel, despues de la cena… me invadió el sueño… Absurdo. Yo no quería dormir, no debía. Quería pasar la noche con mi mujer. Pero no podía… aquel extraño sueño… Sabina dijo que no importaba, que habria muchas mas noches, que descansara…

Sabina… mi amor… tu dulzura… tu belleza… tus ojos… mas allá del placer… mas allá del dolor… de la vida… y de la muerte… ¿Eres un angel? O quizá una diosa, que bajó del olimpo para vivir entre los mortales… ¿Quién eres, Sabina? ¿Qué eres? Tus ojos son bellos… pero en ellos veo… no veo nada… la Nada, el Abismo… Sabina

Desperté. Pero ya no estaba en la habitación del hotel. Estaba oscuro, con una debil luz ocre. Oí un crepitar como de fuego. Al acostumbrarme a la escasa luz, distinguí unas antorchas. ¿Dónde…? Tenía frio, y entonces me di cuenta de que estaba desnudo. Intenté incorporarme, y vi que no podía. ¡Estaba atado!

-¿Qué es esto…? ¡Sabina! ¿Dónde estás?

Volteé la cabeza a mi alrededor. Aquello era una espécie de cueva. Yo estaba tumbado con las extremidades atadas, sobre algún tipo de plataforma… No entendía nada, y todavía entendí menos cuando vi que los que llevaban las antorchas tambien estaban desnudos. Y mi incomprensión se transformó en una mezcla de incredulidad y horror al distinguir entre ellos a los padres de Sabina, y otros invitados de la boda.

¿Qué manicómio era ese…? Sin darme casi cuenta, me salió una carcajada histérica producida por el puro nerviosismo. ¿Estaba soñando…? Aquello no podía ser real.

-No. No sueñas…- susurró una dulce voz, y unas suaves manos me acaraciriaron el pelo y la cara. No quería mirar quien era, porque en el fondo ya lo sabía, y no quería enfrentarme a ello.

Si. Era Sabina.

No podía hablar. Lo intentaba, pero mi boca no obedecía. Tras mucho esfuerzo, solo fui capaz de balbucear:

-Te… te q-quiero… te… quiero…

Sonrió. Agachó la cabeza hacia mi.

-Yo tambien… por eso te he elegido a ti… porque te quiero, te ofrezco el mayor honor, el mayor don. Mira…

Con sus manos, volteó mi cabeza hacia la izquierda. Los otros se apartaron. Mis cuerdas vocales se recuperaron súbitamente. Grité a pleno pulmón.

Estaba sentado en una silla. Tambien iba desnudo, como todos los demas. Tendria unos veintitantos años, como yo. Era alguien normal, con aspecto normal, con una cara normal.

Su otra cara tambien era normal.

La tenía pegada a la sién derecha. Era un remedo de cabeza, un pedazo de carne irregular. En el había ojos, nariz, boca, algo de cabello… que reproducian los mismos rasgos de la cara principal. El primer rostro estaba impasible. El otro en cambio, no cesaba de hacer muecas… muecas…

-Es mi hermano. Jano. Así le bautizamos al nacer. Durante generaciones, mi familia esperó el nacimiento de un bebé que tuviera la Marca de Jano. Por fin Jano regresó a nosotros. Y hoy será ungido con sangre humana. La tuya, mi amor.

Me explicaba esto con voz tierna, acariciándome. Lo hacía para que lo entendiera. No quería hacerme sufrir demasiado. Realmente, me queria. Entendí entonces el sueño de despues de la cena. Un somnifero.

-Es… el fin… el fin…

-No, amor mio… Jano es el dios de los principios. Esto es el principio…










Hoy sigo vagando por estas cavernas donde fui sacrificado a Jano. No me apesadumbra tanto ser un fantasma como el terrible recuerdo de la Marca de Jano. Me acompañará eternamente.



                                                               -Mensaje canalizado por la Médium Agatha Sainclair en unas cavernas a las afueras de Roma, el 10 de Enero del 2005.














         

1 comentario:

un viejo amigo cinéfilo dijo...

Hombre, te he visto más inspirado en otras ocasiones, pero original sí que eres, y como has dicho, es tuyo. Saludos.