jueves, 11 de agosto de 2011

SADE Y YO



Estoy a favor de la libertad de expresión.

Bueno, eso creia hasta ahora... resulta que algunos casos me hacen dudar (caricaturas de Mahoma, apologias al racismo, insultos vários...) A todos nos divierte reirnos de quien no piensa como nosotros, pero cuando las bromas son sobre nosotros o lo que creemos, no nos hace tanta grácia...
Aun asi, en general estoy a favor de la libertad de expresión. Todos tenemos derecho a decir lo que pensamos o sentimos, aunque nos equivoquemos.
Entre los que me rodean, me he ganado cierta fama de "Mister Macabro". Ya veis el blog... me encanta el terror, el gore, la música dura, la pornografía, los videojuegos sangrientos... siempre defiendo estas cosas frente a quien las ataca. Siempre argumento que, en la ficción, todo es permisible, por eso, porque es ficción. La fantasia es libre. Lo que cuenta es lo que hacemos en la vida. La afición a la violencia imaginaria no implica falta de valores éticos o "amor" a la violencia real. Hay gente que, si no fuera malvada en su imaginación, tal vez no podria ser buena en la realidad.
Por todo ello, desde el principio siempre estuve a favor del legendario Marques de Sade, de quien viene el término "sadismo". Me caia bien por haber sido perseguido por la censura, por ser martir de la libertad de expresión. Y le defendia.

Hasta que un dia, me atreví a leer su obra.

En mi deliciosa ingenuidad, creia que Sade se compondria de historias "picantes", fogosas y algo osadas. Esperaba latigazos, azotes y mandangas similares. Tomé prestadas de la biblioteca  "Los 120 dias de Sodoma" y "La filosofía del Tocador".
Torturas, violaciones, pederastia, bestialismo, necrofilia, canibalismo, ingestión de excrementos, padres que se intercambian las hijas para abusar de ellas, una adolescente que le cose el ano en vivo a su própia madre... todas aquellas cosas no eran solo descritas, eran sobre todo defendidas y alabadas ¡Sade hacia apologia directa y explícita del asesinato, la violación y el abuso, afirmando que son cosas naturales!
En su defensa, se suele afirmar (yo tambien lo hacia antes de leerle) que Sade solo pretendia criticar el establishment y la burgesia mostrándolos tal como eran, que el en realidad no practicaba nada de eso, que mostraba el horror de la depravación en toda su crudeza a modo de contra-ejemplo moral... eso es lo que el mismo proclama en el prólogo de "Justine". Pero "La Filosofia..." y "Los 120 dias..." fueron escritas en privado, para el, sin intención de publicarlas nunca (se publicaron post-morten). En el prólogo de la primera, Sade hace una dedicatoria a los "perversos y perversas" del mundo, y les invita a tomar a sus personajes como modelo vital y a "nutrirse de sus principios"...
Los discursos a favor de la amoralidad y la crueldad estan demasiado desarrollados  y repetidos en toda su obra como para pensar que no reflejan la própia visión de Sade.
No fuí capaz de leer completa "Los 120 dias de Sodoma". Me superaba con mucho. Pero no puedo negar que en ella ví razonamientos y argumentos convincentes a favor de que la naturaleza humana es asi. Tan convicentes como para provocarme una... cierta crisis de fé y valores, que me desmbocó en un estado como de tristeza y desánimo. Si, soy asi de debil... El único mecanismo de defensa que encontré, fué llevarme conmigo el libro al centro de pre-laboral en el que estaba por entonces (por cuestiones que no vienen al caso) y enseñarselo a mis compañeros. Les leí algunas de las perversiones mas inverosímilies, y en aquel contexto, sonaban tan extremas, tan disparatadas, que no pudimos menos que reirnos de tanta salvajada. Gracias a eso, me repuse un poco de mi aflición y me sentí mejor.

Ese dia, cierto compañero "cinéfilo"(visiten el blog carlosmartinez.blogia.com/) me tomó por un fan de Sade, y yo no le corregí por inercia. De echo, hoy dia sigue tomándome por un fiel fan del marques...  y yo sigo sin desmentirlo, porque me divierte ese "papel". (Es posible que siga  pensando que lo soy aunque lea esto...)
Pero no soy un fan de Sade... No desde que le leí. Y me pregunto cuantos habrá en esa situación, cuantos defenderan a Sade sin haberlo leido nunca (igual que hay quien defiende las películas de Jesus Franco sin haberlas visto.)
Esto me recuerda en cierta forma a la história de "American Psycho". En la famosa novela de Easton Ellis, el protagonista, Patrick Bateman, no se molesta demasiado en ocultar que es un asesino en série, pero por alguna extraña razón, su entorno parece no darse por enterado... ni siquiera cuando lo dice abierta y claramente. "Soy un asesino en série", exclama. Se limitan a contestarle: "No. No puede ser."
El marques es claro y directo: matar es NORMAL, violar niños es NORMAL, arrancarle el corazón a tu hijo y devorarlo crudo es NORMAL... lo dice tan claro como alto. Pero cuenta con muchos defensores, incluso entre los que le han leido. Seguramente, las mas de las veces porque ven en su obra cosas que quizá a mi se me han pasado por alto, o la interpretan de otra manera distinta a la mia.

Y en algún caso, porque no, porque estan de acuerdo con esos enunciados.

¿Es Sade un personaje histórico fascinante? Sin duda; tambien lo son Hitler y Jack el Destripador. ¿Hay que quemar la obra de Sade? En absoluto, como tampoco hay que quemar el "Mein Kampf" de Hitler; debe ser conservado como objeto de estúdio. Pero, ¿se le ha de glorificar? ¿Nos hemos de poner de su parte?
Los defensores de Sade hablan mucho de la hipocresia de sus censores y perseguidores, pero olvidan la hipocresia del propio Sade, como la del prólogo de "Justine" antes mencionado, donde Sade, estoy seguro, se partia de risa mientras lo escribía.

Admito que puede haber otras interpretaciones de Sade, pero la mia, mientras no me convenzan de otra cosa, es esta: un impostor. No era ningún maestro, o en todo caso, como diría Obi-Wan-Kenobi, "solo maestro en maldad".




3 comentarios:

un viejo amigo cinéfilo dijo...

Ante todo, mi querido Sacerdote, prometo acabar con el cachondeo con el Marqués de Sade cada vez que nos veamos. Estoy de acuerdo contigo en la libertad de expresión, y lo que dices de Hitler (al que, por mucho que me interese su estudio, me niego a leer una línea de "eso" llamado Mein kampf) me lleva a recordar algo sobre una de sus seguidoras, lo que me lleva a mi terreno, el cinéfilo. Cansado de oir la valía como cineasta de la directora alemana Lenni Riefestahl, y de oir de ella y de algunos críticos que no era nazi y que solo se limitaba a rodar lo que veía, me acerqué a la que es su obra más famosa, El triunfo de la voluntad, aquella que trata sobre el congreso nazi de Nuremberg. Aguanté diez minutos aproximadamente. El acercamiento rayano en el culto a un dios que hace la directora de la parafernalia nazi era vomitivo, nadie en su sano juicio puede pensar que el filme lo haya hecho alguien que no era nazi, y era un instrumento nauseabundo de propaganda de uno de los grandes genocidas de la historia de la humanidad. No lamento el haber visto lo que ví, y jamás lo eliminaría de la faz de la tierra, al menos como material de estudio, pero que no me convenza nadie de sus valores artísticos, no puedo, sinceramente no puedo aprobarlo. Saludos.

sacerdote dijo...

Bueno... ¿y que decir de "El Nacimiento de una Nación", de Griffith? Los superheroes del Klan al rescate... pero sin esa obra, tal vez no existiria el lenguaje cinematográfico tal como lo entendemos. Apreciar los valores artísticos de una obra no quiere decir aprobar su mensaje. Yo le reconozco ciertos méritos a Sade, profundizó mucho en la psique humana mucho antes del psicoanálisis, y ya digo en el texto que ofrece argumentos bastante conseguidos. Unicamente me opongo a considerarle un ejemplo a seguir. Gracias por el comentario y saludos.

un viejo amigo cinéfilo dijo...

De acuerdo, Sacerdote (desde luego eres el sacerdote más interesante que veo este verano, y estoy viendo unos cuantos en mi trabajo, ya te contaré cuando nos veamos, je, je) en lo del valor artístico, aunque en ocasiones como las que hemos comentado cuesta pensar solo en el valor artístico. Claro que antes gente como Shackspeare, Maquiavelo y otros autores comohacía elogios de gente tan "simpática" como Enrique VIII (y familiares), los Borgia o los Medicis, con lo que el valor artístico y la discusión con el valor moral es bastante diferente desde siempre. Saludos.